En la entrada anterior debatimos si Ceuta podría llegar a ser un lugar atractivo para nómadas digitales, un estilo de vida en pleno auge gracias a la libertad de elegir que nos da la tecnología y el cambio cultural que ha impactado a nuestra forma de trabajar.
Hoy hablamos sobre un tema que va en la misma línea: los espacios de coworking. La transformación de Ceuta hacia una economía competitiva combinando la digitalización con reconocidas ventajas fiscales requiere de infraestructuras adicionales como los espacios de coworking.
Un coworking es mucho más que un simple espacio compartido de oficinas, mesas y sillas. Lo que marca la diferencia es la comunidad de coworkers desde donde pueden salir ideas, redes de contacto, colaboraciones, sinergias.
Se trata de que los gestores ayuden a crear ese ambiente positivo que faciliten la confianza, el trabajo y la convivencia de las diferentes personas que forman parte del espacio de coworking. Todo ello a menudo va en línea con la celebración de eventos, networking, conferencias, talleres, etc.
Una cuestión de estrategia
Este tipo de espacios se hace más esencial en lugares como Ceuta que quieren atraer empresas digitales y talento, en cambio, a menudo las personas que llegan hasta aquí no encuentran espacios adecuados donde desarrollar su trabajo. Resulta más crucial si cabe por ser un territorio extrapeninsular donde es importante que el que llega se sienta bien acompañado y tenga la posibilidad de encontrar un espacio de trabajo adecuado a su medida.
Un nómada digital que llega a Ceuta sólo necesita disponer de su portatil, teléfono móvil y conexión a internet para ponerse a trabajar. ¿Por qué iba a alquilar una oficina entera? ¿Le sería atractivo teletrabajar todos los días? En una nueva ciudad donde acaba de llegar y no conoce a nadie, lo que necesita es un buen espacio de coworking.
Gozaría de la comodidad de una oficina a la vez que un espacio donde ampliar su red de contactos, darse a conocer, formarse de vez en cuando, buscar colaboraciones y sinergias.
Por ello, más allá del negocio inmobiliario que conlleva el alquiler de espacios, mesas y sillas… en un buen coworking importa por encima de todo las relaciones personales y la gestión humana de la comunidad de coworkers.
Lejos de ser una moda pasajera, el coworking es una industria en pleno crecimiento que responde a la forma de trabajar del siglo 21 y está aquí para quedarse.
Coliving: acentuando el estilo de vida nómada
Ya sabemos que la falta de espacio y el escaso suelo urbanizable en Ceuta provoca una baja oferta de propiedades. Al mismo tiempo todos los años llegan personas para trabajar y estudiantes que tienen problemas para encontrar buenos pisos en alquiler.
Por ello sería interesante también valorar la creación de un espacio de coliving, que viene a ser una evolución del coworking trasladado también a la experiencia residencial. Un espacio de coliving responde a la necesidad y demanda de los nómadas digitales. En lugar de dividir la propiedad en pisos y apartamentos, los inquilinos compartes amplias zonas comunes y la filosofía de generar conexiones humanas y sinergias se traslada al coliving.
Una mezcla perfecta de la que podrían salir beneficiados tanto la experiencia de los inquilinos como las fuentes de ingreso de los propietarios.
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